

La legislación fue aprobada con 34 votos a favor y 19 en contra en el Senado, mientras que en la Cámara de Representantes se obtuvieron 102 respuestas positivas y 13 negativas.
Este es un paso significativo hacia la regulación de las plataformas digitales, al ser la primera ley de este tipo en el mundo. El objetivo principal es reducir el daño psicológico que las redes sociales pueden ocasionar a los adolescentes, limitando su acceso a estas aplicaciones.
El primer ministro Anthony Albanese explicó que la iniciativa busca preservar la integridad de los adolescentes y otorgar a los padres un mayor control sobre el acceso de sus hijos a las plataformas. A partir de la aprobación de la ley, las plataformas sociales tendrán un plazo de un año para adaptarse a la nueva normativa y realizar las verificaciones necesarias para asegurar el cumplimiento.
La Comisión Australiana de Seguridad Electrónica será la encargada de establecer las pautas y supervisar la implementación de las medidas.
Aunque la ley prohíbe el acceso a las redes sociales para menores de 16 años, existen excepciones. Los jóvenes podrán seguir manteniendo sus perfiles si cuentan con el consentimiento de un adulto o si ya tenían cuentas antes de la aprobación de la ley.