Datos clave del informe

1. Retrocesos acumulados:

   • En octubre de 2024, el salario mínimo real, ajustado por inflación, era 28,4% inferior al de noviembre de 2023.
   • Comparado con noviembre de 2019 (fin del Gobierno de Cambiemos), la caída acumulada alcanza el 39,9%.
   • Frente a noviembre de 2015 (final de la gestión de Cristina Fernández), la pérdida es del 54%.

2. Niveles históricos preocupantes:

   • El salario mínimo actual se encuentra por debajo de los niveles prevalentes durante la década de 1990 y la crisis de la convertibilidad, épocas en que había dejado de ser un instrumento para garantizar pisos salariales y reducir la desigualdad.

3. Relación con la pobreza e indigencia:

   • En octubre de 2024, el salario mínimo solo cubría el 54,3% de la canasta básica de alimentos (línea de indigencia para una familia tipo).
   • Representa apenas un cuarto de la canasta que define la línea de pobreza.

Un impacto severo en la calidad de vida

De haberse mantenido el poder adquisitivo del salario mínimo desde 2015, este habría alcanzado los $590.000 en pesos actuales, representando un 143% de la canasta básica alimentaria.

El retroceso no solo afecta a los trabajadores formales, sino que agudiza las desigualdades sociales y compromete la capacidad de consumo, un motor clave para la economía.

El desafío para el Gobierno

La recuperación del poder adquisitivo se presenta como un desafío urgente para revertir años de deterioro, en un contexto donde el salario mínimo ya no cumple su rol histórico de asegurar condiciones dignas para los trabajadores.