Sin embargo, el 77% de los pacientes desconoce que la padece, lo que agrava sus complicaciones y reduce su calidad de vida.

¿Qué es la EPOC?

Se trata de una enfermedad respiratoria prevenible y tratable caracterizada por la obstrucción persistente del flujo aéreo. Aunque puede presentar cierta reversibilidad, nunca se recupera por completo. Los síntomas más comunes incluyen:

• Dificultad para respirar (disnea)
• Tos persistente
• Infecciones respiratorias frecuentes

Estos signos suelen aparecer después de los 40 años y deben motivar una consulta médica para un diagnóstico temprano.

Factores de riesgo

El tabaquismo es responsable del 90% de los casos, pero otros factores como la contaminación, los alérgenos y el consumo de biomasa (quema de leña y carbón) también contribuyen. Según el neumonólogo Manuel Ibarrola, el aumento del uso de vaporizadores y drogas inhaladas como la marihuana también podría estar relacionado.

Un problema global y en aumento

De acuerdo con la OMS, la EPOC afecta a 350 millones de personas en el mundo y podría convertirse en la cuarta causa de muerte global para 2030, en parte por su vínculo con el riesgo cardiovascular. Las exacerbaciones aumentan las probabilidades de muerte no solo por enfermedades respiratorias, sino también cardiovasculares.

El valor del diagnóstico temprano

La espirometría es clave para detectar la enfermedad en etapas iniciales y aplicar tratamientos que ralenticen su progresión. Cambios como dejar de fumar, realizar ejercicio físico, mantener el calendario de vacunación actualizado y el uso de broncodilatadores o corticoides inhalados pueden mejorar significativamente la calidad de vida.

Como señala Ibarrola, si se identifica a tiempo, la EPOC puede manejarse adecuadamente, permitiendo estabilizar la función respiratoria y prevenir complicaciones graves. Sin embargo, el subdiagnóstico sigue siendo un desafío crítico.