

La decisión implica eliminar un tercio de los cargos públicos y poner en disponibilidad a 3.155 empleados, incorporados durante el gobierno de Alberto Fernández. Este cambio, según estimaciones oficiales, ahorrará 6.400 millones de pesos anuales.
En el anuncio realizado en Casa Rosada, Adorni detalló que en lugar de la AFIP se creará la Agencia de Control y Recaudación Aduanero (ARCA), que contará con una estructura más eficiente. La nueva directora del organismo será Florencia Misrahi, según confirmó el gobierno.
Adorni explicó que se reducirán un 45% las estructuras superiores (ligadas a la “casta política”) y un 31% la estructura inferior, eliminando en total un 34% de los cargos públicos.
El vocero también anunció que se eliminará la “cuenta de jerarquización”, un beneficio por el cual la actual directora de la AFIP percibía más de 30 millones de pesos mensuales, mientras que los directores recibían 17 millones cada uno. En adelante, los sueldos de estos funcionarios se equipararán con los de ministros y secretarios de Estado.
Adorni aseguró que la AFIP funcionaba como "una caja política" y sostuvo que su disolución pone fin a “una Argentina de voracidad fiscal”. “Lo que es de cada argentino es suyo y de nadie más. Ningún burócrata tiene el poder de decirle qué hacer con su propiedad”, afirmó.
Adorni concluyó citando al presidente Javier Milei: “El liberalismo es el respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión, en defensa de la vida, la propiedad y la libertad”.
Se confirmaron dos nuevos titulares para las áreas más importantes del organismo:
El sindicato AEFIP, que representa a los empleados de la AFIP, rechazó la disolución del organismo y advirtió que tomará medidas de fuerza. “Vamos a activar el estado de alerta general y plan de lucha”, declaró Pablo Flores, titular de AEFIP, señalando que lo más preocupante es la pérdida de 3.155 puestos de trabajo.
Flores también cuestionó las críticas sobre el personal estatal: “Todas las áreas reclaman falta de personal, y ahora nos hablan de recortes”.
La disolución de la AFIP marca un punto de inflexión en la administración pública, con implicancias tanto en el ámbito fiscal como en el futuro laboral de miles de empleados.