

“Si la regulación funciona, el problema se resuelve. Si no, terminaré con esta actividad. No quiero que personas humildes o niños con un celular apuesten su dinero", declaró Lula en una entrevista con Radio Metrópole de Salvador, Bahía.
Este mes, el gobierno de Brasil bloqueó más de 2.000 sitios de apuestas que no se ajustaban a las normativas del Ministerio de Finanzas, como parte de un esfuerzo por regular esta industria en la mayor economía de América Latina.
El miércoles, Lula también mantuvo una reunión con representantes del sector bancario para abordar los efectos del auge de las apuestas en línea sobre la morosidad de los usuarios en sus compromisos financieros.
El presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, expresó el mes pasado su preocupación por el impacto de las apuestas en las finanzas familiares. Según Campos Neto, las transferencias bancarias de personas físicas hacia las casas de apuestas aumentaron un 200% en lo que va del año, incrementando los incumplimientos de pago con acreedores bancarios.
Un estudio de la Confederación Nacional de Comercio (CNC) reveló que 1,3 millones de personas cayeron en morosidad bancaria debido a las apuestas en línea. Además, 22% de las familias brasileñas ha registrado operaciones relacionadas con este tipo de apuestas durante 2024, lo que refleja la magnitud del problema.
El gobierno busca implementar una normativa eficaz para regular el sector, pero Lula dejó en claro que cerrar estas operaciones es una opción sobre la mesa si las medidas actuales no surten efecto. El objetivo principal es evitar que las personas más vulnerables y los menores de edad sufran los riesgos financieros asociados a esta actividad.