Actualidad | 25 sep 2024
Sociedad | Trabajo
La transformación del mundo laboral: de la ambición tradicional a la “ambición silenciosa”
Históricamente, las personas ingresaban a un trabajo con el objetivo de jubilarse en la misma empresa, aspirando a escalar posiciones para obtener una mejor situación económica y prestigio.
En un entorno laboral en constante cambio, la figura del jefe tradicional ha perdido atractivo. La desconfianza hacia las jerarquías, sumada a las nuevas expectativas de los trabajadores, ha generado una crisis en la cadena de mando de muchas organizaciones. Este cambio no solo impacta la cultura organizacional, sino que también plantea serias dudas sobre la eficacia del liderazgo.
Desencanto con el liderazgo
Durante décadas, ser jefe era un objetivo. Sin embargo, muchos profesionales ahora prefieren roles colaborativos, evitando la carga de la responsabilidad gerencial. Un estudio de Gallup reveló que el 60% de los empleados no desea ascender a puestos de liderazgo, citando presión, estrés y falta de apoyo como razones.
Una de las respuestas a este fenómeno es el concepto de “ambición silenciosa”. Surgido en 2023 tras una encuesta de Fortune, el 90% de los 1.000 empleados consultados no expresó interés en alcanzar un puesto ejecutivo. El estudio encontró que solo el 4% aspira a ser ejecutivo de alto rango, mientras que el 38% considera el cargo de gerente atractivo, y el 62% prefiere mantenerse como colaborador individual.
“Quiet ambition” y bienestar personal
Desde la psicología laboral, se analiza la “ambición silenciosa” como una preferencia por roles de menor responsabilidad. Aquellos alineados con esta mentalidad priorizan su salud mental y emocional, así como sus relaciones personales, poniendo énfasis en su vida personal sobre el crecimiento profesional. Un estudio adicional reveló que para el 78% de los encuestados, el éxito laboral se define por mantener un equilibrio entre la vida social y personal, valorando la flexibilidad laboral sobre el prestigio económico.
Aunque el capitalismo sigue marcando la pauta y el dinero sigue siendo esencial, el bienestar personal se ha convertido en una prioridad. Las personas buscan tener tiempo libre, disfrutar de sus pasiones y mantener un equilibrio saludable entre sus responsabilidades y su vida personal. Así, el nuevo paradigma laboral se centra más en el bienestar y la satisfacción personal que en el ascenso tradicional asociado al poder y el estatus.