

El CO se produce por la combustión incompleta de materiales como gas, madera, carbón o queroseno. Las fuentes más comunes en el hogar son estufas, calefones, hornos, braseros y calentadores mal instalados o en mal estado. Su peligrosidad radica en que la intoxicación puede ocurrir sin que la persona se dé cuenta.
Valeria El Haj, directora médica de Ospedyc, explica que el monóxido ingresa al cuerpo a través de la respiración y reemplaza al oxígeno en el torrente sanguíneo, provocando hipoxia, lo que afecta principalmente al corazón y al cerebro. Los primeros síntomas suelen ser dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, debilidad, somnolencia y confusión. Si la exposición continúa, las consecuencias pueden ser gravísimas: pérdida de conciencia, daño cerebral o incluso la muerte. Es crucial actuar rápido.
Niños, personas mayores y aquellos con enfermedades cardíacas o respiratorias son más vulnerables. A veces, los síntomas se confunden con los de una gripe o el cansancio, por lo que estar alerta es fundamental.
La prevención es la clave para evitar accidentes con monóxido de carbono. Aquí te dejamos las acciones esenciales:
Ventilación diaria: Asegurate de ventilar todos los ambientes todos los días, incluso si hace frío.
Revisión profesional: Hacé revisar estufas, calefones y todos los artefactos a gas con un gasista matriculado al menos una vez al año.
Uso adecuado de calefacción: Nunca uses braseros, hornallas u hornos para calefaccionar.
Verificar ventilación: Controlá que las rejillas de ventilación permanentes estén siempre despejadas y en buen estado.
Señales de alerta: Prestá atención a manchas negras en las paredes, olor a gas o llamas anaranjadas en los artefactos; estas son señales de mal funcionamiento. Recordá que la llama de las estufas y hornallas debe ser siempre de color azul.
Detectores: Considerá instalar detectores de monóxido de carbono en los ambientes principales de tu casa.
Si sospechás que vos o alguien en tu hogar podría estar sufriendo una intoxicación por monóxido de carbono, actuá de inmediato:
Salí al aire libre: Abandoná el ambiente contaminado y buscá aire fresco.
Ventilá: Abrí puertas y ventanas para ventilar la vivienda.
Buscá atención médica: Acudí rápidamente a un servicio de salud. No permanezcas en la vivienda ni intentes "aguantar" los síntomas, ya que es extremadamente peligroso.