

Federico Kacoliris fue galardonado con el Premio Whitley 2025, conocido popularmente como el “Óscar verde”, por su dedicado trabajo para proteger, reproducir y reintroducir la Ranita del Valcheta.
En una ceremonia destacada, encabezada por la Princesa Real Ana del Reino Unido, el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede en La Plata, Federico Kacoliris, fue distinguido por la organización benéfica británica Fondo Whitley para la Naturaleza (WFN) con el Premio Whitley 2025, popularmente apodado el “Óscar verde”.
El valioso reconocimiento se otorgó por su fundamental labor en la protección, reproducción y reintroducción de la Ranita del Valcheta (Pleurodema somuncurense). Este anfibio es endémico del Arroyo Valcheta, ubicado en la meseta de Somuncurá, en el norte de la Patagonia (cerca del límite entre Río Negro y Chubut). La especie se encuentra catalogada como en peligro crítico de extinción según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
El premio reconoce el compromiso de Kacoliris, que comenzó en 2012 con los primeros estudios sobre la Ranita del Valcheta en estado silvestre. En 2014, junto a otros profesionales del CONICET y la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), y en el marco del Programa de Conservación y Rescate de Anfibios Argentinos (CURURU), construyó el primer centro de rescate de la especie. Se trata de un laboratorio diseñado para el estudio reproductivo que emulaba las condiciones de su hábitat natural, donde en 2015 se estableció una colonia de supervivencia que ha dado frutos.
Un comunicado de la organización Whitley resalta el éxito del trabajo de Kacoliris y su equipo, que abarca 5 mil km². Afirman que han “logrado traer de vuelta a esta especie del borde de la extinción”. Un logro concreto es que “ha logrado expandir en un 15% el hábitat de la rana”, restaurando 1,4 km adicionales de hábitat que ahora albergan poblaciones más sanas y densas en áreas donde antes no existían.
Además de la visibilidad global, el “Óscar verde” proporciona financiamiento y acceso a una red de expertos internacionales. Esto permitirá al equipo seguir trabajando en ampliar la protección de la ranita y sus ambientes, abordando las amenazas clave que enfrenta: el sobrepastoreo y pisoteo de su hábitat por parte del ganado, y la restricción del acceso de la trucha arcoiris invasora, que ha ocupado espacios vitales para la rana nativa.