

El exfutbolista Daniel Osvaldo enfrenta una seria y grave denuncia por presunta agresión física hacia su hijo mayor, Gianluca, de 18 años. La acusación fue presentada por la madre del joven, Ana Oertlinger.
Según el relato de Oertlinger, el presunto incidente de violencia tuvo lugar durante la madrugada del 13 de enero, en medio de la celebración del cumpleaños número 39 de Osvaldo. Una discusión, que habría comenzado por un comentario sobre la relación de Gianluca con la madre de su medio hermano, escaló rápidamente.
De acuerdo con la denuncia, Osvaldo habría acorralado a su hijo contra una pared y le habría propinado golpes en distintas partes del cuerpo. Posteriormente, cuando Gianluca intentó refugiarse en un sillón, la agresión habría continuado, y según el testimonio de su madre, el joven incluso habría recibido una mordida en la oreja izquierda. El relato indica que el episodio le causó lesiones en la oreja, costillas y cabeza.
Ante la gravedad de los hechos, Ana Oertlinger presentó una denuncia formal el 17 de enero. Como resultado directo de esta acción legal, la Justicia dictó una orden judicial que establece una restricción perimetral de 500 metros, prohibiendo cualquier tipo de contacto entre Daniel Osvaldo y su hijo Gianluca.
Además de la presunta agresión física, Oertlinger también denunció que el exfutbolista estaría incumpliendo con la manutención económica de su hijo, establecida por la Justicia desde septiembre del año pasado. A esto se suma la acusación de desobediencia a órdenes judiciales relacionadas con la cobertura médica del joven, lo que, según su madre, ha resultado en que Gianluca no cuente actualmente con obra social.
Mientras el joven intenta recuperarse emocionalmente de lo sucedido y ha cortado la comunicación con su padre, Oertlinger ha señalado una aparente indiferencia por parte de Osvaldo, mencionando que días después del incidente promocionó eventos en redes sociales y viajó a la costa.
La madre manifestó que tomó la difícil decisión de hacer pública esta situación para proteger a su hijo y exponer lo que considera un acto de "impunidad". Si bien reconoció los antecedentes de Osvaldo, incluyendo sus problemas de depresión y adicciones que él mismo ha hecho públicos, Oertlinger enfatizó que nada justifica la violencia ejercida.