martes 29 de abril de 2025 - Edición Nº2337

Actualidad | 15 abr 2025

Sociedad | Justicia

Dalma Maradona: “En el último tiempo no reconocía a mi papá, no sonreía”

La hija mayor de Maradona declaró como testigo en el juicio en el que se debate sobre las responsabilidades penales de la muerte de su padre.


Dalma Nerea Maradona (38), la hija mayor de Diego Armando Maradona, brindó hoy uno de los testimonios más esperados del juicio en el que se debate sobre las responsabilidades penales de la muerte de su padre. “En el último tiempo no reconocía a mi papá, no sonreía”, abrió Dalma su declaración de este lunes por la tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro.

La hija de Maradona llegó poco antes de las 16, acompañada por su madre, Claudia Villafañe; su hermana Gianinna y su esposo. También estuvo presente su hermana Jana, quien ya había declarado previamente.

Durante su exposición, Dalma se centró especialmente en el rol de los tres médicos que atendieron a su padre: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo especializado en adicciones Carlos Díaz. “Antes del 30 de octubre les manifestábamos a sus médicos que lo veíamos perdido, que nos hacía videollamadas y no le entendíamos ni le entendían sus nietos. Nos decían que eran semanas buenas y malas”, relató.

Uno de los momentos más delicados fue cuando describió la situación posterior a la operación por un hematoma subdural, realizada el 3 de noviembre de 2020 en la Clínica Olivos. Explicó que se discutieron tres alternativas para la etapa de recuperación: internación voluntaria en una clínica, internación involuntaria en un centro de rehabilitación o una internación domiciliaria. Finalmente se eligió esta última.

“Discutimos las tres opciones. La domiciliaria no nos parecía tan mal porque nos prometieron lo mismo que en la Clínica Olivos y nunca pasó. Nos engañaron de la manera más cruel. Nos hicieron creer que era la única posibilidad. Hoy en día veo que la opción de que mi papá fuera a una clínica, que ven como un loquero, no les convenía como imagen porque se les podía caer algún negocio”, declaró, citada por Clarín.

Al ser consultada por el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, sobre quién las convenció de aceptar la internación domiciliaria, Dalma señaló a Luque: “Pensé que el médico de mi papá me recomendaba la mejor opción”, aseguró.

Según su relato, hubo presiones para que el traslado fuera rápido. “Nos hicieron creer el apuro de salir de la clínica y por eso buscar una casa. La llamaron a Jana para firmar, no nos llamaron a Gianinna ni a mí. Ninguna hubiera filmado. Vanesa Morla y Jana firman por la casa”, detalló, en referencia a la vivienda en el barrio privado San Andrés, en Benavídez, donde Maradona se instaló el 11 de noviembre de 2020.

Dalma también habló sobre la última vez que intentó ver a su padre. “El 12 de noviembre me llama mi papá y me pide que lleve a mi hija. Ese día insistí pero me dijeron que estaba durmiendo. Eran las 16. Nunca me dejaron entrar. Yo no pude ver a mi papá ese día porque no me dejaron entrar y la autorización no sé quién la daba, pero me consta que Matías Morla, Vanesa Morla, Pomargo, Luque, Díaz, Agustina son parte de un equipo que en definitiva no hicieron nada para que nosotros estuviéramos cerca y él bien”, denunció.

Conmovida, describió el momento en que vio a su padre ya sin vida: “Entré a la habitación, estaba ahí, lo vi hinchado, estaba tapado con una sábana pero se podía ver que estaba muy hinchado. Yo me tiro encima cuando entro porque pensé que se iba a despertar de alguna manera”, cita Clarín.

También recordó las condiciones en las que vivió Maradona sus últimos días: “Era un asco, había olor a pis, la cama que tenía era un asco, había un inodoro portátil y un panel que pusieron en las ventanas para que no entrara luz”. “La habitación era horrible”, remarcó.

Y concluyó: “Es doloroso que apunten contra nosotras como responsables cuando solo seguimos indicaciones de los médicos. No decidimos nada, no tuvimos lugar. Lo extraño todos los días de mi vida y me da pena que si ellos hubieran hecho su trabajo, esto se hubiera evitado. Es doloroso el maltrato que recibió y que yo no sabía. Cuando nos dijeron que estuvo agonizando y nadie le ofreció ayuda. Tengo la tranquilidad que hice todo lo posible y si hubiese sabido que este era el desenlace, hubiera actuado de otra manera”. (DIB)

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