El periodista Brian X. Chen se propuso comprobarlo: usó durante una semana el Light Phone III, un dispositivo minimalista que promete menos distracciones… y más presencia.

El experimento

Chen reemplazó su smartphone por este dispositivo que carece de navegador web, redes sociales, correo electrónico y tienda de apps. Solo permite llamadas, mensajes, fotos, mapas, música y podcasts. ¿El objetivo? Combatir lo que muchos llaman “brain rot”, una especie de fatiga mental causada por el uso excesivo del celular.

Durante los primeros días, el cambio fue liberador: “Mientras esperaba el tren o comía solo, no sentía la necesidad de mirar la pantalla. Estaba más presente”, relató Chen. Pero con el correr de la semana, la experiencia se volvió frustrante.

Las limitaciones de volver al pasado

La falta de funciones esenciales lo hizo chocar con la realidad: no podía ingresar al tren porque su pase estaba en formato digital, tuvo dificultades para enviar paquetes por no poder acceder a su mail, y hasta terminó cenando en un restaurante equivocado por no poder buscar información en internet.

La conclusión fue clara: “No hay vuelta atrás realista a tiempos más sencillos. Nuestra vida cotidiana está demasiado integrada a los smartphones para prescindir de ellos”.

¿Un dispositivo para todos?

Desde Light, la empresa detrás del dispositivo, reconocen que no es un teléfono para todo el mundo, aunque destacan que muchos padres consideran adquirirlo para reducir las distracciones de sus hijos. Mientras tanto, trabajan en incorporar funciones como pagos móviles y pedidos de transporte.

El Light Phone III cuesta 600 dólares y saldrá oficialmente al mercado en julio. Su éxito dependerá de cuánto estén dispuestos los usuarios a resignar comodidad por claridad mental.