domingo 27 de abril de 2025 - Edición Nº2335

Nacionales | 9 abr 2025

Economía

El vino argentino en alerta: los nuevos aranceles de EE.UU. amenazan su principal mercado de exportación

Estados Unidos, el mayor comprador de vinos argentinos, impuso un nuevo arancel del 10% que ya genera una fuerte preocupación en el sector vitivinícola nacional.


Mientras la diplomacia intenta negociar una rebaja, las bodegas locales buscan estrategias para no perder terreno en uno de los mercados más competitivos del mundo.

Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Argentina exporta entre 40 y 65 millones de litros de vino por año a EE.UU., cifra que ahora corre serio riesgo, especialmente en el segmento “entry level”, que incluye los vinos de menor costo y mayor volumen de venta.

Dos amenazas principales

Por un lado, las bodegas argentinas podrían perder participación frente a productores de otros países que consigan mejores condiciones comerciales, o frente a bodegas estadounidenses, que no tributan aranceles. Por otro lado, si Europa redirige sus exportaciones ante las restricciones de EE.UU., podría saturar mercados estratégicos como el brasileño, donde compite directamente con Argentina.

“Si esto se mantiene, lo que más preocupa es que los europeos desvíen sus exportaciones hacia Latinoamérica. Brasil, por su tamaño y consumo, es el objetivo lógico, y eso afecta directamente a nuestras bodegas”, explicó Walter Bressia, presidente de Bodegas de Argentina.

Carlos Fiochetta, gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), también advirtió sobre las consecuencias: “EE.UU. es el mayor consumidor mundial de vino. Si decidiera autoabastecerse, podría hacerlo sin problemas”.

Expectativa por una negociación diplomática

Actualmente, las bodegas deben pagar un 10% adicional de arancel sobre el tributo ya existente (entre 3% y 4%, según el tipo de vino). Sin embargo, el sector mantiene la esperanza de que esta medida sea revertida en el corto plazo.

“El presidente Trump impuso estos aranceles como una estrategia para luego negociar con cada país. Confiamos en que se abrirá una ventana para llegar a un acuerdo”, sostuvo Bressia.

Mientras tanto, muchas bodegas intentan negociar directamente con distribuidores estadounidenses para amortiguar el impacto y evitar perder lugar en las góndolas. Pero no es una tarea fácil. “Hay barcos que no están entrando porque no se sabe qué va a pasar”, advirtió Fiochetta.

Segmentación de impacto y oportunidades

En los vinos de consumo masivo, el nuevo arancel representa una amenaza concreta. En cambio, en los productos de alta gama el efecto sería menor. “Quien paga 25 dólares por una botella, puede pagar 27”, analizó Bressia.

Desde Coviar consideran que, si se logra una negociación favorable para Argentina y no así para sus competidores europeos, la situación podría incluso derivar en una mejora competitiva. “Hay información extraoficial de que se está negociando un paquete de rebajas arancelarias. Todo dependerá de cómo se resuelva en las próximas semanas”, señaló Fiochetta.

Un sector en vilo

Con un ojo en Washington y otro en Brasil, la industria vitivinícola argentina se mantiene en estado de alerta. Lo que está en juego no es solo un porcentaje de exportaciones, sino el lugar que el vino argentino ha sabido conquistar con esfuerzo en uno de los mercados más exigentes del planeta.

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