

Se trata de los huesos del pómulo y la parte izquierda de una mandíbula que datan de entre 1,1 y 1,4 millones de años, superando en antigüedad al Homo antecessor, que habitó la región hace 860.000 años.
Los restos, apodados "Pink" en honor a la paleoantropóloga Rosa Huguet, presentan similitudes con el Homo erectus, por lo que los científicos los han clasificado provisionalmente como Homo affinis erectus, en espera de una identificación definitiva.
"Es posible que estemos ante una especie claramente diferente a las que hasta ahora conocíamos en Europa", explicó Xosé Pedro Rodríguez-Álvarez, coautor del estudio publicado en Euronews.
Este hallazgo podría demostrar que la llegada de los primeros Homo al continente ocurrió mucho antes de lo que se creía.
El yacimiento de Atapuerca ha sido escenario de múltiples descubrimientos cruciales para la paleoantropología. En la década de 1990, se encontraron los primeros restos de Homo antecessor y, en 2007, una mandíbula de 1,2 millones de años.
Según la Fundación Atapuerca, la acumulación intencional de restos humanos en la Sima de los Huesos podría representar la primera evidencia de una práctica funeraria en la evolución humana.
Junto a los fragmentos del rostro humano, los científicos hallaron herramientas de cuarzo, sílex y piedra caliza, además de huesos de animales con marcas de cortes, lo que indica que estos primeros habitantes de Europa descuartizaban presas con fines alimenticios.
"Lo que hacían era descuartizar pequeños animales, porque, además de las herramientas, encontramos alrededor de 6.000 huesos en esa capa", detalló Rodríguez-Álvarez para Euronews.
Este descubrimiento no solo redefine la cronología de la presencia humana en Europa, sino que también abre nuevas incógnitas sobre la evolución y las costumbres de nuestros antepasados más antiguos.