

Con un paro nacional de 48 horas y una movilización programada para el próximo miércoles, la convocatoria se articula en reclamos por recomposición salarial, mejores infraestructuras y la defensa del sistema científico y tecnológico, al tiempo que se expresa un enérgico repudio a la represión.
La acción surge en medio de un creciente malestar en el sector universitario. El año pasado, la actualización salarial alcanzó el 270% en la UBA y otras universidades nacionales, pero varios rectores denuncian que, para 2025, esa partida –que representa hasta un 10% del presupuesto– ha quedado desactualizada. Las becas siguen congeladas desde agosto, las obras de infraestructura permanecen detenidas y tanto los salarios de docentes como de personal no docente han seguido su caída en los primeros meses del año.
La decisión de convocar el paro se tomó en la primera reunión del año del Frente Sindical, con la participación de diversas organizaciones gremiales, entre ellas Conadu Histórica, Conadu, Fedun, Ctera, Fagdut, Fatun y UDA. Además, con el inicio del primer cuatrimestre postergado, tanto docentes como personal administrativo informaron que se movilizarán el próximo miércoles hacia el Congreso. Este acto, que contará con el respaldo de jubilados y agrupaciones adicionales –incluso hinchadas de clubes deportivos– busca visibilizar el malestar y presionar por cambios inmediatos.
En CABA, el sindicato docente Ademys ha reforzado la convocatoria, llamando a un paro en apoyo a los jubilados y en repudio a la represión. Según lo anunciado, los manifestantes planean rodear el Congreso con guardapolvos, enviando un mensaje contundente a las autoridades y a la opinión pública.