

Este qubit topológico fue incorporado en un nuevo tipo de chip computacional, que combina semiconductores, utilizados en computadoras clásicas, con superconductores, esenciales para el funcionamiento de los sistemas cuánticos.
El desarrollo coloca a Microsoft en una posición destacada en la competencia por el futuro de la tecnología, superando incluso los avances de Google, cuya computadora cuántica experimental logró, en solo cinco minutos, un cálculo que tomaría 10 septillones de años a una supercomputadora tradicional.
Este descubrimiento refuerza la apuesta de Microsoft por la computación cuántica como el siguiente gran hito tecnológico, con potencial para transformar industrias como la inteligencia artificial, la farmacología y la energía.