

Este fenómeno se refleja en un producto típico de Argentina: el aceite de oliva de Molinos Cañuelas, que en Brasil y Paraguay tiene precios considerablemente más bajos que en Argentina.
Por ejemplo, en el supermercado mayorista Fort de Florianópolis, una botella de 500 ml del aceite de oliva extra virgen cuesta el equivalente a $AR9.180, mientras que en la página oficial del fabricante en Argentina, el mismo producto se vende a $AR13.900, un 34% más caro. En Paraguay, la situación es similar, donde también se comercializa a precios más bajos que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), según testimonios de turistas argentinos.
Este fenómeno no es aislado. Según un informe de Coninagro, de 18 productos alimenticios relevados en Brasil, 8 de ellos, como el aceite de oliva, el bife de cuadril y el pan, tienen una diferencia de precio considerable, siendo hasta un 33% más barato en Brasil. Sin embargo, en Argentina, productos como el pollo, el azúcar y el vino tinto tienen precios más bajos en comparación con Brasil.
La diferencia de precios se debe en parte a las cargas impositivas. En Argentina, el IVA es del 10,5%, pero se le suman impuestos adicionales como el 1,2% por Débitos y Créditos y el 4% de Ingresos Brutos. En Brasil, el principal impuesto sobre alimentos es el ICMS, que varía entre los estados, pero promedia el 12% para productos alimenticios.
Daniel Rodríguez, encargado de Comercio Exterior de Nucete, explica que las marcas argentinas, al competir en mercados internacionales, deben ajustar sus precios para mantenerse competitivas. Según Rodríguez, el aceite de oliva en Argentina es "muy caro", y a pesar de ser un producto nacional, las marcas deben competir con otros productos de menor precio en el mercado global.
Este fenómeno también ha provocado un movimiento interfronterizo. Entre el 10 y el 17 de enero, ingresaron a Paraguay más de 55.000 argentinos, muchos de ellos atraídos por los precios más bajos, especialmente en productos como electrónica, automóviles y combustibles.