En una entrevista con el semanario Búsqueda, Mujica expresó:

"El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. Mi cuerpo no aguanta ni tratamientos bioquímicos ni cirugías. Estoy condenado. Hasta acá llegué".

Una despedida en sus palabras

Mujica, quien lideró Uruguay entre 2010 y 2015, pidió tranquilidad en este momento crítico:

"Lo que pido es que me dejen tranquilo. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso".

El ex mandatario fue diagnosticado con cáncer de esófago en abril del año pasado y desde entonces enfrentó diversos tratamientos e intervenciones. A pesar de su enfermedad, continuó participando en actos públicos, como su encuentro con Yamandú Orsi, presidente electo de Uruguay, tras el triunfo del Frente Amplio en las últimas elecciones. Sin embargo, Mujica confesó que su cuadro se ha agravado en las últimas semanas, lo que lo llevó a comenzar a despedirse.

Reflexiones sobre la vida y la democracia

En su mensaje, Mujica destacó la importancia del respeto en la democracia, incluso hacia quienes piensan diferente:

"Es fácil respetar a los que piensan parecido, pero el fundamento de la democracia es respetar a los que piensan distinto. Por eso, me despido de mis compatriotas con un abrazo a todos".

Además, se mostró agradecido por los logros de las nuevas generaciones dentro del Frente Amplio:

"Mis compañeros lograron lo que mi generación no pudo. ¡Mirá la votación que tuvieron! Ahora tendrán nueve senadores y 36 diputados. Eso lo lograron ellos".

Un adiós con gratitud

"Pepe" Mujica, un símbolo de humildad y lucha en la política latinoamericana, se definió como "un viejo en el final" y aseguró que se va "tranquilo y agradecido". Su legado como líder y sus palabras cargadas de sabiduría quedarán marcados en la memoria de Uruguay y de toda la región.