Este día coincide con la inauguración en 1967 de la Asociación de Productores de Yerba Mate (APYM), una organización creada con el objetivo de mejorar las condiciones de los productores y la comercialización de la yerba mate, impulsando su importancia tanto en el ámbito tradicional como en la economía del país.
El mate no solo es una bebida que se consume en cada rincón de Argentina, sino que también es un motor de la economía nacional. Con un consumo aproximado de 120 litros por persona al año, está presente en el 90% de los hogares argentinos. Además, en 2023, el 71,2% de la yerba mate exportada fue destinada a Siria, con otros destinos clave como España, Chile, Líbano y Turquía.
El origen del mate se remonta a los pueblos guaraníes, quienes utilizaban las hojas de la planta para crear bebidas, así como en rituales religiosos y como moneda de cambio. Los conquistadores españoles pronto notaron que los guaraníes eran más resistentes en sus largas travesías tras consumir esta "bebida sagrada".
Con el tiempo, los Jesuitas difundieron el consumo del mate y comenzaron con su comercialización, promoviendo el cultivo y la producción a gran escala.
A lo largo de los siglos, el mate ha perdurado como un símbolo de la cultura argentina, uniendo a personas de todas las edades y clases sociales en una tradición que se comparte en encuentros familiares, con amigos y en diversas celebraciones.