Su partida, a los 60 años, dejó un vacío irreparable, pero también una herencia imborrable en el deporte y en el corazón de millones de fanáticos.
Maradona falleció en su casa de Tigre, provincia de Buenos Aires, a causa de un paro cardiorrespiratorio secundario a un edema agudo de pulmón generado por una insuficiencia ventricular izquierda.
Su muerte desencadenó un proceso judicial que apunta a ocho profesionales de la salud, incluyendo al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz. La fiscalía sostiene que el equipo médico brindó una atención “deficiente, temeraria e indiferente”.
El juicio, previsto para iniciar el 11 de marzo de 2025, busca esclarecer las circunstancias de su fallecimiento y asignar responsabilidades.
Argentinos Juniors fue el club que vio nacer al genio del fútbol, donde debutó en Primera División a los 15 años, convirtiéndose en el más joven en hacerlo.
Pasó por equipos como Boca Juniors, Barcelona y Nápoli, dejando una marca imborrable en el club italiano al conquistar los únicos Scudettos de su historia (hasta 2023). Allí, Maradona es venerado como el mayor ídolo de todos los tiempos.
En la Selección Argentina, Diego grabó su nombre en la eternidad. Ganó el Mundial Sub 20 de 1979 y, unos años después, lideró al equipo en el Mundial de México 1986, donde protagonizó una actuación histórica.
Maradona no solo fue un futbolista extraordinario, sino también un símbolo de pasión, talento y amor por el deporte. Su legado trasciende generaciones y fronteras, convirtiéndolo en una figura eterna en la memoria del fútbol mundial.