"Lloro, no duermo, tengo ansiedad y a veces estoy deprimido", confesó. Además, reveló que realiza más terapia de lo esperado y asumió una nueva visión sobre sí mismo:
"Aprendí que no soy tan fuerte como creía o como ustedes me veían".
Del Potro también reflexionó sobre su estado emocional:
"No reniego con sentirme un poquito débil. Es lo que me toca. A veces la llevo mejor y a veces peor", expresó con sinceridad.
La "Torre de Tandil" habló sobre las complicaciones físicas que marcaron su carrera, revelando que enfrentó ocho cirugías de rodilla, tres de las cuales se realizaron de manera privada:
"Hoy lo que pido es subir una escalera sin dolor o manejar hasta Tandil sin detenerme por el dolor", explicó.
Del Potro reflexionó sobre el contraste entre su pasado como uno de los mejores del mundo y su realidad actual:
"De luchar contra Federer, Nadal y Djokovic por el número uno, pasé a preguntarme cómo hacer para manejar sin dolor", relató, destacando los esfuerzos físicos y médicos que realizó a lo largo de su vida deportiva.
La despedida ante Djokovic será un momento de cierre para una trayectoria llena de éxitos y dificultades. Más allá de sus logros en el tenis, Del Potro deja un mensaje sobre la importancia de aceptar la vulnerabilidad y de priorizar el bienestar físico y mental.
Su honestidad resalta el lado humano detrás del ídolo deportivo, inspirando a otros a enfrentar sus propios desafíos con valentía y autocompasión.