Esta plaga representa un gran riesgo para el cultivo de girasol, ya que podría causar pérdidas importantes en la producción de granos y semillas, incrementando los costos y afectando negativamente el comercio nacional e internacional.
La Resolución 1347/2024, publicada este viernes en el Boletín Oficial, establece medidas preventivas y de contención. Se busca una respuesta rápida ante cualquier detección en el país, con el objetivo de informar a productores, investigadores y al público sobre esta amenaza.
Entre las acciones establecidas, se incluyen la denuncia obligatoria de daños o presencias sospechosas, y la creación del Comité Técnico Interinstitucional sobre Orobanche cumana, dirigido por la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa. Este comité coordinará las estrategias de prevención y manejo de la plaga, y definirá los procedimientos fitosanitarios.
La Orobanche cumana es una planta parásita que absorbe agua y nutrientes del girasol, llevándolo a la muerte. Su dispersión ocurre a través de sus diminutas semillas, que pueden desplazarse por viento, agua, o adheridas a animales, personas, y herramientas agrícolas.
Para evitar su ingreso, el Senasa ha establecido requisitos fitosanitarios estrictos para la importación de semillas provenientes de países afectados. En caso de sospecha, el organismo insta a contactar la Oficina Local del Senasa o los medios oficiales de comunicación para actuar de manera rápida y coordinada.