Sin embargo, el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental siguen siendo barreras que dificultan abordar este tema en los lugares de trabajo.
Cada 10 de octubre, el Día Mundial de la Salud Mental busca crear conciencia sobre estos problemas a nivel global, movilizando esfuerzos en apoyo a la salud mental. Este año, el lema es “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
Un entorno laboral seguro y saludable actúa como un factor protector para la salud mental. Por el contrario, condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a situaciones como el acoso, plantean riesgos significativos que afectan tanto la salud mental como la calidad de vida, repercutiendo en la participación y productividad laboral.
El último trimestre del año, con la llegada de las festividades, el agotamiento laboral y el cierre de ciclos académicos, puede generar un gran estrés, afectando la salud mental de las personas. En esta época, muchas personas experimentan emociones encontradas, mientras que otros sienten un aumento significativo en sus niveles de estrés y ansiedad debido a las presiones sociales y laborales.
La Lic. Liliana Acuña, psicóloga de Boreal Salud, menciona que la autoevaluación es un elemento clave que afecta la salud mental en este periodo. A medida que se acerca el final del año, muchas personas revisan si han cumplido con sus objetivos, lo que puede generar frustración y angustia. Este proceso puede dañar la autoestima y la confianza personal, desencadenando sentimientos de insuficiencia.
Las presiones sociales y laborales aumentan durante este tiempo, lo que puede llevar a un estado de agotamiento físico y emocional. Para los estudiantes, la época de exámenes finales añade una carga adicional de ansiedad, creando un entorno donde se sienten abrumados y con pocos recursos para enfrentar los desafíos diarios.
Para cuidar proactivamente la salud mental, se recomienda desarrollar un diálogo interno positivo y compasivo, reducir la autoexigencia y establecer expectativas realistas. También es fundamental el apoyo social; rodearse de amigos, familiares y compañeros puede proporcionar la contención emocional necesaria.
Es crucial reconocer señales de alerta cuando el estrés y la ansiedad superan los límites manejables, como la dificultad para concentrarse, cambios en los patrones de sueño, irritabilidad, conductas de aislamiento y pensamientos negativos recurrentes. Las manifestaciones físicas, como taquicardias y problemas digestivos, son indicativos de un alto nivel de estrés.
Para quienes desean implementar cambios positivos en su rutina, los especialistas sugieren comenzar con técnicas simples, como la respiración consciente, practicar ejercicios de relajación, llevar un diario emocional y dedicar tiempo a actividades recreativas. Desconectarse de la tecnología y pasar tiempo en la naturaleza también contribuye a recuperar el equilibrio emocional.
Cultivar autoafirmaciones positivas no solo fortalece la autoestima, sino que también genera una mentalidad más saludable y resiliente. En el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, este 10 de octubre es un recordatorio de la importancia de cuidar el bienestar emocional propio y de quienes nos rodean.