El mandatario detalló el orden de prioridad de las modificaciones: primero la laboral e impositiva, y luego la previsional.
Reforma Impositiva:
El plan del ministro Luis Caputo incluye "bajar alícuotas de 20 impuestos y expandir la base imponible".
La estrategia de reducir alícuotas busca que "no tenga sentido la evasión" y, según Milei, si el programa fiscal continúa, se estarían "devolviéndole a los argentinos US$500 mil millones hasta el 2031".
Reforma Laboral:
El objetivo es modernizar el régimen que Milei calificó de "anacrónico", pero enfatizó: "No, no vamos por los derechos de nadie".
La propuesta se centra en dar "flexibilidad a los outsiders" (trabajadores informales) para que puedan formalizarse mediante "algún sistema acordado entre las partes".
El Gobierno estima que esta formalización permitiría "duplicar la cantidad de trabajadores haciendo aportes", lo que duplicaría los ingresos disponibles para pagar mejores jubilaciones.
Reforma Previsional:
El presidente aseguró que esta reforma "solamente se puede encarar seriamente cuando uno recompone el mercado de trabajo", argumentando que de otra forma sería "mentirle a la gente".
Para concretar estas medidas, Milei reconoció que el diálogo es indispensable y manifestó su disposición a negociar, enmarcándolas en el espíritu del Pacto de Mayo:
"Nosotros ya tenemos borrador de todas las reformas y ahora necesitamos es sentarnos con un nuevo Congreso y buscar los acuerdos para salir adelante", indicó el Presidente.
Milei sostuvo que las reformas proyectadas ya se están bosquejando en reuniones previas y aseguró: "Estoy dispuesto a sentarme con los gobernadores" y no tiene "problema con ninguno de ellos", convencido de que existe una base de apoyo de "dos tercios de los argentinos que quieren eso".