En un encuentro complicado, disputado bajo la lluvia, la "Academia" mostró su carácter. Con Adrián "Maravilla" Martínez como figura, el conjunto de Avellaneda logró ir al frente desde el principio con un gol tempranero que desató la alegría. Sin embargo, Peñarol no tardó en empatar, poniendo a prueba la resiliencia de Racing.
La polémica llegó con un gol anulado a Marcos Rojo, refuerzo de jerarquía que, según la frase de Gustavo Costas, es un "hijo de p...". A pesar del revés, Racing no se rindió y continuó buscando el arco rival con determinación.
En el complemento, la "Academia" salió decidida a buscar el triunfo, forzando a Peñarol a retroceder. Los cambios estratégicos de Costas, en particular el ingreso de Duván Vergara, le dieron un nuevo aire al ataque. Una jugada brillante de Vergara, combinada con la viveza de "Maravilla" Martínez, terminó en un penal que puso el 2-1 a favor de Racing.
Cuando todo parecía encaminarse a una definición por penales, e incluso con el inusual cambio de arquero en Racing que no fue bien recibido por Gabriel Arias, la fortuna se puso del lado celeste y blanco. En una de las últimas jugadas del partido, una sublime pegada de Gastón Martirena derivó en el gol de Franco Pardo, desatando la locura total en el estadio.
Racing se merecía el triunfo y lo consiguió. El equipo, que viene de ganar la Copa Sudamericana el año pasado, ahora apunta a la Copa Libertadores con una ilusión palpable. La "Academia" ha demostrado ser un rival temible y, con la garra exhibida este martes, Vélez, su próximo rival, deberá tomar precauciones.
Racing triunfó y avanzó, pero sabe que debe mantener el paso firme, sin desmerecer a nadie, jugando con la intensidad y el corazón que lo caracterizan.