El bombardeo israelí se habría iniciado cerca de las 3:30 de la madrugada (hora local), con fuertes explosiones reportadas en zonas residenciales del norte de Teherán, incluyendo el barrio de Chitgar. Fuentes oficiales iraníes confirmaron la muerte del general Salami y otros altos mandos, además de un número aún indeterminado de civiles.
El general Shekarchi no especificó el momento ni la forma de la respuesta iraní, pero aseguró que el "régimen sionista ha cruzado una línea roja al asesinar a nuestros máximos referentes militares y científicos". Las agencias IRNA y Tasnim, vinculadas a la Guardia Revolucionaria, informaron que, además del general Salami, fallecieron Gholamali Rashid y Fereydoon Abbasi, ambos identificados como figuras clave del programa nuclear iraní.
En paralelo, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó el operativo, señalando que "Israel atacó el núcleo del programa de enriquecimiento nuclear de Irán". El jefe de gobierno israelí agregó que la operación fue diseñada para "proteger la supervivencia de Israel" y que continuará "los días que sean necesarios".
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, afirmó en un comunicado que "Estados Unidos no participó en los ataques y su prioridad es proteger a sus tropas en Medio Oriente". Esta declaración se produce mientras las negociaciones nucleares con Irán, ahora en riesgo tras la escalada bélica, continúan.