Según la información del periodista Julián Padilla, los rastros óseos, que fueron levantados del lugar, han sido calificados por la unidad de antropología forense como parte de una persona joven de contextura física grande. El análisis preliminar también indica que el reloj y demás pertenencias halladas junto a los restos podrían tener una antigüedad de 20 o 30 años, lo que los ubicaría en la década del '90.
El expediente continúa en instancia de averiguación del delito, ya que en Argentina es ilegal enterrar huesos humanos en propiedad privada. Los restos salieron a la luz tras el derrumbe de un muro durante las obras de excavación posteriores a la venta del inmueble, lo que llevó a la fiscalía a cargo de Martín López a ordenar la recolección del material.
La vivienda, con más de un siglo de antigüedad, tiene un pasado diverso, habiendo funcionado anteriormente como geriátrico y capilla. Esta historia multicapa podría ser relevante para la investigación sobre el origen de los restos.
En una conversación con Julián Padilla, Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi y última dueña del domicilio antes de su venta, reveló que, a pesar de ser "una casa muy luminosa, tenía una parte oscura". Además, añadió un dato inquietante: "Donde hice la pileta había una casilla de madera y cosas raras que dejaron los dueños anteriores”.