La fecha del 28 de mayo se remonta al año 1900, cuando Louis Lassen, un cocinero de Connecticut, Estados Unidos, preparó lo que hoy conocemos como la hamburguesa moderna. Ante el pedido de un cliente que deseaba algo "rápido y sabroso", Lassen improvisó un sándwich con carne, pan, lechuga, tomate y queso, marcando un hito en la historia culinaria.
Sin embargo, las raíces de este popular emparedado se hunden mucho más en el tiempo y el espacio. Durante el siglo XVII, inmigrantes rusos llevaron a Hamburgo, Alemania, el filete tártaro, una preparación de carne cruda. Allí, este plato fue cocido y adaptado a los paladares locales, dando origen a lo que se conocería como "Frikadelle" o "Bulette", versiones primarias de la hamburguesa. De esta ciudad alemana provendría, precisamente, el nombre de "hamburguesa".
El siglo XIX fue clave para la expansión de la hamburguesa. Inmigrantes alemanes llevaron la receta a Estados Unidos, donde el plato se popularizó rápidamente. En América Latina, comenzó a servirse en restaurantes de élite recién en la década de 1930.
El verdadero punto de inflexión global llegó en 1955 con el nacimiento de McDonald's. Esta cadena de comida rápida catapultó a la hamburguesa al estatus de símbolo mundial, replicado por incontables cadenas y formatos en todos los rincones del planeta.
La relevancia de la hamburguesa va más allá de lo gastronómico: