La magnitud de la operación y la maquinaria industrial utilizada por la banda han generado sospechas sobre posibles conexiones con redes nacionales e internacionales.
El campamento donde se realizaba la extracción de oro estaba compuesto por edificaciones de ladrillos, cemento y chapas, y contaba con habitaciones y un garaje para vehículos de alta gama como VW Amarok y Toyota Hilux. Además, se hallaron grupos electrógenos e incluso internet, lo que sugiere que la operación estaba bien organizada y financiada.
“El campamento estaba diseñado para trabajar de manera industrial, no artesanal. Creemos que bajaban el oro los fines de semana”, explicó Alberto Mendivil, fiscal titular de la Unidad de Investigación Penal Preparatoria (IPP) de La Quiaca.
Durante los allanamientos realizados en La Quiaca, Abra Pampa, Orosmayo, Liviara y zonas de alta montaña, doce personas fueron detenidas. El fiscal Mendivil destacó que la operación fue de gran envergadura, y que ahora se investigan posibles conexiones con redes criminales. “Nos llama la atención que todos los vehículos y maquinarias provienen de una misma empresa”, señaló el fiscal.
La investigación ha detectado valores que ascienden a 60 millones de pesos, pero ninguno de los detenidos ha podido acreditar la titularidad de esos bienes, lo que podría estar relacionado con lavado de activos. Además, se investiga el desvío de agua de un arroyo, lo que agrava aún más los delitos cometidos por esta banda de mineros ilegales.