

Durante más de dos horas y media, repasaron sus grandes éxitos, presentaron nuevas canciones y rindieron homenaje a sus raíces con una emotiva versión de Un ángel para tu soledad de Los Redondos.
La primera noche arrancó puntual, a las 21:10, con Dejame bailar y Nada para ver, dos temas de su álbum debut Sólo de noche (1999). El público, agitando banderas y coreando al unísono, vivió momentos de euforia al escuchar clásicos como Cero a la izquierda (Por lo menos hoy, 2010), Verte reír (Aunque cueste ver el sol, 2004) y Más mejor (Ese fuerte viento que sopla, 2002).
El show contó con invitados destacados: Gonzalo Brancciari, sobrino de Emi, se sumó para interpretar Josefina, una canción dedicada a la abuela de ambos; Francisco y Nahuel de Cruzando el Charco hicieron una versión de La Rama; y Emma Horvilleur deslumbró con Chau, mientras que Julián Kartun participó en Tan lejos.
La noche del sábado, cierre del festejo en Buenos Aires, estuvo cargada de emociones: desde abrazos en canciones como Clara y Al vacío, hasta un pedido de matrimonio en pleno campo del Arena.
El show culminó con la energía desbordante de Fuera de control y un popurrí de éxitos que incluyó Yrigoyen, El oficial y Mirarte a los ojos. La despedida llegó con El error y No era cierto, dejando claro que NTVG no está solo: su público sigue ahí para acompañarlos y celebrar juntos su legado musical.