

Este alerce, uno de los árboles más antiguos de Argentina, se encuentra en el Parque Nacional Los Alerces, a orillas del lago Menéndez. Su ubicación geográfica ha sido fundamental para su supervivencia frente a erupciones volcánicas e incendios.
Con una altura de 57 metros y un diámetro de 2,8 metros, "el abuelo" es el segundo árbol más longevo del planeta, solo superado por el Pinus Longaeva en Estados Unidos, según los expertos del parque.
Para llegar a este gigante de la naturaleza, los visitantes deben embarcarse en una aventura que incluye más de una hora de navegación y otra de caminata. Desde Esquel, se recorren aproximadamente cien kilómetros hasta la pasarela que cruza el río Arrayanes, en la desembocadura del Lago Verde, antes de ingresar al Parque Nacional Los Alerces. Tras caminar unos mil metros hasta Puerto Chucao, los excursionistas embarcan en un catamarán que navega por el lago Menéndez hasta llegar al alerzal, un bosque donde alerces, arrayanes, lianas y orquídeas salvajes coexisten en un entorno idílico a orillas del río Cisne.
La longevidad de este alerce se atribuye a su ubicación protegida por la cordillera de los Andes, en un territorio prácticamente inexplorado, libre de rutas y energía eléctrica.
El Parque Nacional Los Alerces es una joya natural y cultural, reconocido por la UNESCO por su alto grado de conservación y declarado Patrimonio Mundial en 2017. Este vasto espacio protegido, que abarca 259.822 hectáreas en la provincia de Chubut, Argentina, limita con Chile al oeste y se destaca por su tupido Bosque Andino Patagónico y una selva Valdiviana en las zonas de mayor precipitación.
En este hábitat se encuentran los alerces, árboles milenarios que crecen lentamente y pueden vivir entre 3.000 y 4.000 años, alcanzando alturas superiores a los 70 metros. Un viaje a este parque no solo permite admirar la belleza de "el abuelo", sino también explorar un ecosistema único y preservado que sigue siendo un legado invaluable de la naturaleza.