

Este nuevo fenómeno ha despertado el interés de científicos y amantes de la naturaleza, promoviendo una convivencia respetuosa entre todas las especies, incluida la humana. Agustina Mandiola, Doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (FCEyN-UNMdP-CONICET), ha estado estudiando el comportamiento de la Ballena Franca Austral en las costas de Mar del Plata y alrededores.
“El grupo sigue la presencia de ballenas desde hace más de 50 años. Ricardo Bastida fue pionero en tomar los primeros registros en Mar del Plata en la década del ’70”, relata Mandiola. En esa época, se observaba apenas una ballena por año, o no había registros.
Desde la década del ’80, cuando la ballena franca fue protegida por normativas nacionales e internacionales, se ha registrado un incremento significativo en su población.
“En los últimos años, hemos tenido 100 días con avistajes costeros en Mar del Plata”, explica Mandiola. La temporada de avistajes se extiende desde fines de mayo hasta inicios de noviembre, siendo agosto y septiembre los meses de mayor actividad.
La Ballena Franca Austral (Eubalaena australis), históricamente cazada por su docilidad, ha visto una recuperación lenta pero constante. Mandiola señala que, aunque aún no se pueden confirmar alteraciones en su ciclo reproductivo, se están registrando cópulas y cachorros en la costa bonaerense.
“Si bien estamos lejos de los niveles previos a la captura, hay cada vez más ballenas y, por ende, más avistajes costeros”, afirma Mandiola.
El uso de drones ha permitido a los investigadores observar comportamientos de cópula en las costas de Mar del Plata, aunque aún no se han registrado nacimientos visibles.
“Esto no significa que las ballenas hayan cambiado su comportamiento o ciclo reproductivo”, aclara Mandiola.
El avistaje de ballenas se ha popularizado en lugares como Mar del Plata, Miramar, Quequén y Necochea, especialmente en la zona de La Escollera.
“La costa de Mar del Plata, con su gran altura, permite hacer avistajes sin binoculares”, destaca Mandiola, enfatizando la importancia de promover avistajes desde la costa y desincentivar el uso de embarcaciones que podrían alejar a las ballenas.
La Ballena Franca Austral se distingue por varias características únicas:
La población mundial de la Ballena Franca Austral se estima en menos de 10,000 ejemplares. Sus principales áreas reproductivas son Península Valdés (Argentina), Sudáfrica y Australia. Argentina ha protegido a esta especie, designándola como Monumento Natural hace 30 años (Ley 23.094), y está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres.