Este fenómeno climático ha causado daños significativos, incluyendo lamentables fallecimientos de personas en situación de calle y un deterioro severo en los cultivos, especialmente en las zonas productivas de los cordones frutihortícolas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Consecuencias en los Precios de los Alimentos

La ola de frío ha tenido un impacto directo en los precios de los alimentos, que han aumentado drásticamente. En las verdulerías, los precios son alarmantes: la lechuga se vende a $7.000 por kilo, la acelga a $3.000 el atado, la papa a más de mil pesos por kilo, y el tomate a $5.800 o más. Las verduras como la cebolla de verdeo, el puerro, el apio y el perejil también han visto un incremento en sus precios, lo que afecta significativamente a los consumidores.

Impacto en los Productores

El dirigente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (FETRAES), Néstor Villacorta, ha señalado que la situación es particularmente complicada para el cinturón hortícola de la provincia de Buenos Aires. Las heladas imprevistas han causado un daño considerable en el sector, dificultando la producción.

Josefina Galán, referente de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), ha subrayado la gravedad de la situación. A la crisis provocada por las heladas se suma la falta de políticas públicas adecuadas para apoyar a los productores. Según Galán, la crisis económica está derivando en una crisis alimentaria, con precios altos que afectan la capacidad de las personas para alimentarse de manera adecuada.

Consejos para los Consumidores

Desde la UTT, se han comunicado algunas recomendaciones para comprender mejor el impacto de las heladas en la producción frutihortícola:

• Producción Reducida: Las bajas temperaturas prolongadas provocan que muchas verduras se quemen o crezcan con lentitud, reduciendo la producción.

• Impacto en el Mercado: Esta reducción en la producción resulta en una menor variedad de verduras y precios más altos para los consumidores, mientras que los productores enfrentan dificultades para comercializar sus productos.

• Paciencia y Adaptación: Acompañar los procesos naturales y adaptarse a las condiciones climáticas ayudará a mantener una dieta más saludable y a entender mejor las fluctuaciones de precios.

La ola de frío ha puesto en evidencia la interconexión entre las condiciones climáticas y el mercado de alimentos, y subraya la necesidad de apoyo tanto para los productores como para los consumidores.