La multinacional de origen sueco SKF, líder mundial en la fabricación de rodamientos y proveedor integral para diversas industrias, confirmó el cierre de su histórica fábrica en Tortuguitas.
Tras 118 años de presencia ininterrumpida en Argentina (se instaló en 1917), SKF se reconvertirá exclusivamente en una importadora, trayendo sus productos terminados desde su planta en Brasil.
SKF se instaló en Argentina en 1917, solo diez años después de su fundación global. Si bien comenzó con la comercialización, su hito productivo fue el inicio de la fabricación local en 1972. La compañía era un pilar en el sector industrial y automotriz, con 650 empleados entre sus plantas de Tortuguitas y Rosario.
Su producción y oferta se centraban en soluciones integrales y piezas de alta precisión para sectores críticos como:
Automotriz
Aeroespacial y Naval
Energías Renovables
Semiconductores
Mantenimiento Industrial
La oferta de SKF se dividía en dos áreas principales:
Mercado Industrial: Fabricación de rodamientos (a rótula, cilíndricos, de bolas), sellos, sistemas de lubricación, mecatrónica y herramientas de monitoreo de condición.
Mercado Automotriz: Producción de kits de distribución (correas y tensores), bombas de agua, juntas homocinéticas, rodamientos de rueda (rulemanes) y grasas.
El cierre de la planta ocurre en medio de la política de apertura de importaciones impulsada por el gobierno de Javier Milei. Aunque la empresa lo atribuye a una "reestructuración global" para "asegurar nuestra competitividad a largo plazo", el sindicato y el sector industrial responsabilizan al contexto económico.
UOM: El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, lamentó que "mientras el mundo cuida su producción, Argentina abre sus puertas a todo lo importado. SKF se va a reconvertir en importadora y perdemos puestos de trabajo".
Industria Local: El cierre se da en un escenario donde la producción metalúrgica (según ADIMRA) cayó 5,2% interanual en septiembre y las importaciones alcanzaron "porcentajes históricos récord".
Denuncia Obrera: Un trabajador de la firma aseguró que la decisión no responde a una crisis económica (SKF facturó $9.300 millones de dólares en 2024), sino a una "política deliberada de ajuste patronal" para trasladar las operaciones a países con menores costos laborales.