

Según el senador Santalla, la ley no busca prohibir la tecnología, sino "organizar su uso" para que sirva como una herramienta de aprendizaje y no como una distracción. Esta medida se basa en datos del informe PISA 2024, que reveló que más de la mitad de los estudiantes argentinos se distraen en clase por el uso de dispositivos. En la provincia, el 54% de los alumnos reconoce este problema, que afecta su atención, lenguaje y desarrollo emocional.
Por otra parte, la comisión de Educación de la Cámara de Diputados bonaerense también emitió un dictamen favorable a un proyecto que busca limitar el uso de celulares y pantallas en las escuelas secundarias, tanto estatales como privadas. La iniciativa, impulsada por el legislador Martín Rozas, busca que los celulares solo puedan ser usados con fines pedagógicos, autorizados por las autoridades o incluidos en el diseño curricular.
El proyecto de Rozas se fundamenta en la opinión de docentes y padres que coinciden en que el uso del celular en clase dificulta la atención, reduce la capacidad de concentración y promueve conductas como el ciberbullying. La propuesta busca "fomentar un clima de convivencia adecuado" y un aprendizaje más profundo.
Con esta nueva ley, la Provincia de Buenos Aires se suma a una tendencia nacional:
Ciudad de Buenos Aires: Regula el uso de celulares en las aulas desde hace un año con resultados positivos.
Neuquén: Prohíbe los celulares en niveles inicial y primario, y los limita a fines pedagógicos en secundaria.
Salta: Estableció una prohibición general de dispositivos en las escuelas, con excepciones autorizadas por docentes.