

Las salidas de Basset y Sotelo se producen después de la reciente designación de Gerardo Werthein como embajador en Estados Unidos, un nombramiento que, según fuentes diplomáticas, habría reducido de manera significativa el poder del sector libertario en la conducción de la política exterior.
La partida de estos funcionarios refleja la disputa interna por la orientación de la diplomacia argentina. Mientras que la línea ideológica representada por Basset y Sotelo impulsaba una agenda contraria a las políticas de perspectiva de género y a la Agenda 2030, la nueva conducción busca un enfoque más pragmático y orientado a la normalización de las relaciones institucionales.
Úrsula Basset continuará en la gestión pública y se trasladará al Ministerio de Justicia, mientras que Nahuel Sotelo regresará a su banca como diputado provincial en la Legislatura bonaerense. Fuentes del Gobierno sostienen que la nueva etapa en Cancillería buscará estabilizar los vínculos diplomáticos tradicionales y fortalecer el diálogo con organismos multilaterales.