

El número actual de pacientes fallecidos que fueron afectados por el opioide adulterado es de 96. Sin embargo, persisten las dudas sobre las "muertes en negro", aquellos casos que aún no han sido oficialmente vinculados a la sustancia contaminada.
En este contexto, las autoridades judiciales se encuentran investigando la trazabilidad de nueve casos en Bahía Blanca cuya procedencia es dudosa y está en pleno análisis. Esta situación plantea la posibilidad de que la cifra total de fallecidos pueda, paradójicamente, reducirse si estos casos no se confirman.
A pesar del trágico balance, una noticia positiva fue confirmada el martes: se logró incautar la totalidad de las ampollas de fentanilo contaminado distribuidas en todo el país. Se trata de más de 100 mil ampollas adulteradas con las bacterias Ralstonia pikettii y Klebsiella pneumoniae, las cuales fueron secuestradas y, afortunadamente, no fueron aplicadas a ningún paciente. De esta manera, se asegura que ningún hospital en el país debería tener ya el opioide contaminado, un paso crucial para contener la crisis.
La investigación continúa para determinar el origen de la contaminación y deslindar responsabilidades, mientras la sociedad permanece en alerta ante los efectos de esta peligrosa sustancia.