

Marlene Spessio expresó su frustración: "A mí me hubiera encantado que sea una persona común y corriente, porque cuando suceden estas cosas vos tenés la oportunidad de hablar y que te conteste".
La madre de Ian, un joven con autismo que ha ganado notoriedad en redes sociales, recordó un episodio similar anterior con una organización: "Nos pasó una vez con una fundación que dijo que mi hijo no era autista, un falso autista. Poner la foto de mi hijo diciendo falso autista era horrible. Pedí que retiraran la foto y que pidieran disculpas públicas, y lo hicieron. Esto yo no lo tengo con el presidente".
Spessio lamentó profundamente que "con toda la estructura presidencial es imposible llegar o tener contacto" y enfatizó la disparidad en la situación: "No nos olvidemos que es un adulto contra un menor".
Según relató, la polémica generada por la difusión de la imagen de su hijo derivó en un hostigamiento preocupante hacia su familia. "Al principio fue una cacería de brujas. Nos investigaron, nos operaron, sacaron fotos de mi casa, sabían toda mi vida", afirmó. En ese sentido, Marlene Spessio fue contundente al plantear que "la libertad de expresión también tiene un límite, y el límite está en agredir".
La mujer insistió en su pedido claro y conciso: "Solo pedimos que retire la foto de mi hijo y que se entienda que es un menor". Compartió además las palabras de resiliencia de su propio hijo, Ian: "Mi hijo me dijo: ‘Vamos a esperar a ver qué dice la justicia, y si no, en la injusticia’".
"No puedo dejar de ser madre, el presidente no puede dejar de ser presidente", advirtió Spessio, confirmando al mismo tiempo que han decidido presentarse ante la justicia. "Nos tenemos que presentar ante la justicia y denunciar un hecho de violencia institucional. Hay que hacer valer nuestros derechos y esperar a que la justicia accione", concluyó.
Finalmente, reiteró su firme postura: "La libertad de expresión tiene un límite".