

Según relató su hermano Jesús, durante una visita, su hermana Roxana le pidió: "Si me escuchás, apretame la mano". Para sorpresa y emoción de todos, Oliveras apretó la mano de su hermana, un gesto que demuestra que hay conciencia. "Eso demuestra que hay conciencia, y nos dio muchísima emoción", expresó Jesús Oliveras en declaraciones televisivas.
Este pequeño movimiento es significativo en un contexto tan delicado, donde los médicos habían informado previamente que su cuadro era grave, con posibles daños cerebrales irreversibles y secuelas neurológicas. Jesús también explicó que existía el temor de un daño en el tronco encefálico, lo que habría comprometido funciones vitales. Sin embargo, la respuesta a órdenes indica que esa zona no está afectada, lo que representa un punto a favor en su pronóstico.
Si bien el camino hacia la recuperación será largo y es probable que queden secuelas, su hermano confía plenamente en su fortaleza. "Seguirá siendo la Locomotora", afirmó Jesús, convencido de que Alejandra seguirá inspirando, "sea con muletas, en una silla, como sea, va a seguir motivando".