viernes 25 de julio de 2025 - Edición Nº2424

Tendencias | 23 jul 2025

Sociedad | Naturaleza

La importancia de proteger a ballenas y delfines, animales que en los últimos años se han vuelto habitués de las costas bonaerenses

Cuidar de las ballenas y delfines implica proteger sus hábitats, reducir la contaminación marina y promover prácticas pesqueras sostenibles.


Cada 23 de julio se conmemora el Día Mundial de Ballenas y Delfines, con intención de promover su protección, eliminar la caza y destacar la importancia de su conservación para mantener el equilibrio en los ecosistemas marinos.

Desde hace unos años, estos animales mantienen una interacción pacífica mucho más directa con los seres humanos en las costas bonaerenses, desde donde se los puede contemplar a simple vista en los meses de invierno, en su camino desde Brasil hacia Península Valdés, lugar elegido para aparearse y parir a sus crías.  

Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, el espectáculo natural que ofrecen las ballenas copa las redes sociales con sorprendentes videos tomados con drones o simplemente con cámaras de teléfonos celulares, ya que se las ve desde las playas. Esta novedad despierta curiosidad e interrogantes tanto en científicos como en quienes se interesan por la naturaleza y el ambiente en sentido integral.

 

Los primeros registros de la presencia de ballenas en las costas de Mar del Plata datan de la década del ‘70, cuando se observaba, con suerte, una ballena por año. Con el correr de los años y a partir de la década del ‘80, cuando la ballena franca se convirtió en una especie protegida por normativas nacionales e internacionales, comenzaron a detectarse cada vez más cantidad de animales en las costas bonaerenses.

“En la zona antes se veían individuos sueltos, pero en los últimos años, es cada vez más frecuente ver grupos de animales y, desde hace dos o tres años, la cantidad de ejemplares ha llegado a su récord y hemos tenido 100 días con avistajes costeros en Mar del Plata”, explicó Agustina Mandiola, Doctora en Ciencias Biológicas, docente e investigadora del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (FCEyN-UNMdP-CONICET).

Al ver ballenas con mayor frecuencia en localidades de la costa bonaerense, surge la pregunta sobre los posibles cambios de conducta en el ciclo reproductivo de estos gigantes del mar. Mandiola aseveró que “es algo que aún no se puede precisar”, pero apuntó que sí se puede asegurar que “hay más ballenas, avistajes más frecuentes, existen registros de cópula en la costa bonaerense, se están viendo cachorros en la zona y todo este proceso se debe a que la ballena está recuperando su especie”.

Otro de los factores que facilita el estudio de la conducta y los ciclos de estos mamíferos marinos es el avance de la tecnología. “Los últimos dos años, gracias al uso de drones que nos permite acercarnos más, hemos comprobado que se han observado comportamientos de cópula en las costas de Mar del Plata; no obstante, no todos los avistajes son cópulas o parejas madre cría, y no hay registrados nacimientos observables, aunque sí presencia de cachorros, por eso podemos decir que, si bien están apareciendo ejemplares con mayor frecuencia, no significa que las ballenas hayan cambiado su comportamiento o su ciclo reproductivo”, remarcó la especialista.

¿Qué especie se acerca a las playas bonaerenses?

En el Mar Argentino hay siete especies de ballenas, pero la que puede detectarse a simple vista desde la costa es la Ballena Franca Austral. Esta especie tiene una serie de características específicas que la diferencian de las otras seis que también pueden encontrarse en las costas locales:

La ballena Franca Austral no tiene aleta dorsal en el lomo.

En la cabeza presenta una serie de callosidades con un patrón específico, que hace las veces de huella digital de cada animal, lo que permite identificarlas y seguirlas a través de fotografías aéreas.

Cuando respira, el soplido o surtidor que se observa tiene forma de “V” y va levemente hacia adelante. En las otras ballenas, tiene forma de tubo y va hacia arriba.

Actualmente, se estima que la población mundial de Ballena Franca Austral no excede los 10.000 animales. Sus principales áreas reproductivas son Península Valdés (Argentina), Sudáfrica y Australia. Otros pequeños grupos reproductivos se encuentran en Santa Catarina (Brasil) y las islas Campbell Auckland y Tristán da Cunha.

Argentina le otorgó a esta especie el máximo de protección legal, nombrándola Monumento Natural hace 30 años (Ley 23.094), integrando también listada en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES).

Hábitos para contribuir a la conservación marina

Cuidar de las ballenas y delfines implica proteger sus hábitats, reducir la contaminación marina y promover prácticas pesqueras sostenibles. La Fundación Ecológica Pinamar, en el marco del día que homenajea a estos animales, presentó una serie de hábitos para contribuir como ciudadanos al cuidado de los mamíferos marinos y los ecosistemas oceánicos:

 Reducir el uso de plásticos y optar por alternativas reutilizables.

 Apoyar la pesca responsable y la regulación de actividades marítimas.

 Participar en limpiezas de playas y costas para evitar que los desechos lleguen al mar.

 Educar a otros sobre la importancia de conservar la vida marina.

(DIB)

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