

Uno de los aspectos clave del proyecto es la gestión de sus efluentes y su alta demanda de agua. La empresa ha asegurado que realizará un tratamiento de los efluentes líquidos, compuestos principalmente por agua y materia orgánica, antes de verterlos a la red existente, conforme a la habilitación municipal.
La planta de malta requerirá una importante cantidad de agua: 2.400 metros cúbicos por día. Este volumen será suministrado por tres pozos subterráneos, cada uno con un caudal de explotación de 50 m³/h. El agua será extraída a 80 metros de profundidad del acuífero Pampeano. Se prevé que dos de los pozos funcionen simultáneamente, mientras que el tercero actuará como respaldo.
La operación de la maltería implicará un considerable movimiento logístico. Se estima el ingreso diario de 20 camiones por turno, con picos de actividad durante los meses de noviembre y diciembre, que coinciden con la cosecha de la cebada. Para gestionar este flujo, la planta contará con una playa de estacionamiento con capacidad para 60 camiones.
Una vez procesada, la malta será transportada al puerto de Quequén para su exportación. La capacidad de carga en planta se estima en 400 toneladas por hora. Para el traslado de la malta, se utilizará un circuito de entre 30 y 40 camiones. La exportación de buques se prevé que ocurra aproximadamente 6 veces al año, requiriendo un período de una semana para la carga de un buque de 20.000 toneladas.
Toda esta información se desprende del resumen ejecutivo del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto de radicación industrial "Planta de Malta en Quequén".