Carlos Bender, gerente comercial de Lumilagro, explicó la drástica determinación: "Esto es readaptarse o morir". La importación se realizará "bajo diseño y control de calidad propio", mientras que el 40% restante de los productos "continuará fabricándose en el país", limitándose a una pequeña línea de termos de vidrio y acero inoxidable.

Una primera embarcación con termos de origen chino ya está próxima a arribar a Argentina y los productos se distribuirán en todos los negocios habilitados del país.

Desde la empresa, también denunciaron un notable incremento del contrabando, especialmente desde Bolivia, un país que, curiosamente, no tiene cultura matera pero que se ha convertido en un punto de ingreso de termos chinos a precios muy bajos.

La difícil situación económica del sector se refleja en las cifras de Lumilagro. Entre 2021 y 2024, la producción local de termos cayó un 26.5%, y las ventas descendieron un 32%. Frente a este panorama de crisis y la preferencia de los consumidores por productos extranjeros de menor costo, la empresa implementó un esquema de retiro voluntario que redujo drásticamente su planta de 200 a solo 70 empleados.

Esta decisión de Lumilagro subraya los desafíos que enfrentan las industrias nacionales ante la competencia de productos importados y la necesidad de buscar nuevas estrategias para mantenerse en el mercado.