

A partir de la próxima semana, la alícuota de las retenciones para la soja volverá al 33%, la del maíz y el sorgo al 12%, y la del girasol al 7%. Por otro lado, las retenciones para el trigo y la cebada mantendrán la alícuota de 9,5% hasta el 31 de marzo del próximo año.
Esta decisión generó un aumento significativo en la anotación de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) durante la semana, ya que los exportadores buscaron operar con las alícuotas reducidas antes de la fecha límite del 30 de junio. Para aprovechar este beneficio, el 95% de las divisas deben ingresarse en los próximos 15 días, lo que aportará un alivio a las reservas del Banco Central.
Desde la implementación de la rebaja temporal de retenciones el 27 de enero, se anotaron un total de 15,8 millones de toneladas de subproductos de soja; 17,9 millones de toneladas de maíz; 6,5 millones de toneladas de poroto de soja y 3,8 millones de toneladas de aceite de soja. Se estima que, en los últimos 15 días, ingresaron aproximadamente unos US$ 5.000 millones.
La medida ha sido recibida con opiniones divididas en el sector agropecuario. Las entidades del campo en general cuestionaron la decisión de subir las retenciones a la soja y el maíz. CRA y Coninagro ya se habían manifestado en contra de la reimplantación de las alícuotas más altas. Por su parte, la Sociedad Rural Argentina (SRA) mantuvo una postura más cautelosa, considerando la próxima visita del presidente a su exposición en Palermo.
En contraste, las empresas agroexportadoras, agrupadas en CIARA-CEC, "celebraron" la decisión de prorrogar el beneficio para algunos productos, considerándola "en el camino correcto". Desde la entidad, indicaron que seguirán trabajando "para lograr la eliminación de todos los derechos de exportación y avanzar en una disminución gradual y consecutiva de los DEX para la soja y de los productos procesados en su complejo agroindustrial exportador, que es el principal generador de divisas del país”.