

Tras la visita oficial del secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., el Ministerio de Salud de la Nación emitió un comunicado en el que detalló las bases de la reforma. Según trascendió a Noticias Argentinas, el objetivo es dejar atrás el esquema actual, centrado en la reparación de enfermedades, para avanzar hacia un modelo preventivo "basado en evidencia científica y con foco en el ciudadano".
Las principales medidas anunciadas incluyen:
Revisión de organismos nacionales de salud: El Gobierno revisará entes nacionales superpuestos o ineficaces, con el objetivo de "simplificar lo burocrático y eliminar lo que se naturalizó sin control ni trazabilidad".
Retiro de la OMS: Argentina se apartará del organismo internacional. La cartera sanitaria acusa a la OMS de actuar por "intereses políticos" y de pretender "condicionar la soberanía sanitaria" de los países miembros. Asimismo, se hizo un llamado a la comunidad internacional a "repensar" el rol de las entidades supranacionales.
Revisión del uso de aditivos en alimentos: Se impulsará una agenda integral para restringir aditivos sintéticos y potencialmente riesgosos en productos de consumo masivo, especialmente por su impacto en la salud infantil.
Debate sobre autorizaciones rápidas: Se pondrá bajo análisis el sistema de aprobaciones "fast-track" de medicamentos de alto costo. El comunicado fue enfático: "La innovación no debe justificar decisiones sin evidencia".
Controles más estrictos para las vacunas: Se exigirá evidencia científica rigurosa en los procesos de aprobación, fabricación y supervisión de vacunas, con un claro foco en "recuperar la confianza pública".
El Ministerio de Salud ratificó que se mantendrán y fortalecerán las campañas de vacunación con eficacia comprobada, como la del sarampión, aclarando que "revisar no es negar: es exigir más evidencia, no menos".