

En una reciente entrevista, el presidente Javier Milei intentó impugnar los datos del Indec sobre ventas minoristas en todo el país en febrero, que mostraron subas interanuales muy bajas y un descenso respecto a enero. Milei aseguró que esos números no eran los correctos porque no tomaban en cuenta las ventas que se realizan a través del comercio electrónico.
Pero el mismo informe del Indec señaló que apenas el 2,9% de todas las ventas se hacían vía online. El resto se efectuaban en forma presencial.
Milei no puede tapar el Sol con las manos. Abundan los estudios, oficiales y privados, que muestran el derrumbe del consumo. El último fue un trabajo publicado por el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Indicó que desde el inicio de la gestión Milei, las ventas en supermercados retrocedieron un 8% mientras que las del comercio mayorista se derrumbaron un 22 por ciento.
El Centro de Estudios adjudicó ese desempeño a “las políticas de ajuste” del gobierno de La Libertad Avanza. Según el trabajo, estas cifras estarían mostrando “un deterioro mayor de los ingresos reales que en años anteriores como por ejemplo la caída de las ventas registradas en 2022 (-5% supermercados y -0,5% mayoristas) por causa de la inestabilidad macroeconómica en general y cambiaria en particular”.
Agregó que “De esta manera se puso fin a la recuperación de las ventas observada de enero a noviembre de 2023, en donde el aumento acumulado de ventas mayoristas fue del 4,60% y el de las ventas de supermercados cercano al 3%”.
Para este think-tank, no sólo no hay recuperación del consumo, sino que, además, habrá mayores retracciones. En ese punto, el informe y las caracterizaciones contradicen de forma abierta los dichos del presidente Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, quienes aseguran que el consumo se ha recuperado.
“Por el lado de la demanda, no se observa una recuperación sostenida de las ventas minoristas, y sí un deterioro aún mayor de las ventas mayoristas. Esto podría deberse al deterioro de los salarios debido al atraso cambiario y a la licuación de estos en algunos sectores de la economía como sector público y jubilaciones”, indicó el Centro de Estudios.
Para el economista Martín Kalos, director de la consultora Epyca, la caída del consumo masivo afectó principalmente a la compra de productos esenciales. «Las familias perdieron poder adquisitivo», aseguró en una entrevista radial ayer.
Esa caída de la capacidad de compra de los salarios derivó en la adopción, por parte de las familias, de nuevas formas de consumo, incluidas las promociones y el pago con tarjeta de crédito, que equivale a una ampliación de los ingresos a través de un crédito, aunque a un costo muy elevado.
«Hay un aumento en el uso de tarjetas de crédito», observó Kalos, debido a la necesidad de las familias de endeudarse. El economista agregó que la inflación se ha desacelerado, pero los salarios no crecieron al mismo ritmo que los precios de servicios y tarifas, lo que llevó a un mayor uso de tarjetas de crédito para financiar productos que no son de primera necesidad, como ropa o regalos.
El derrumbe del consumo es especialmente fuerte en algunos productos, entre los que destaca la carne, cuya demanda cayó al nivel más bajo en tres décadas. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), el promedio anual por habitante se ubicó en apenas 47,8 kilos, tras registrar 16 meses consecutivos de retrocesos. En marzo, la caída mensual fue del 2,7%, mientras que la baja interanual alcanzó el 5,4 por ciento.
Esa tendencia acompaña la suba del precio de los principales cortes de carne, que treparon más de un 30% en pocos meses, según cifras del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
En este contexto, el gobierno nacional priorizó la exportación de carne bovina por sobre el abastecimiento local. Desde enero de 2024, quedaron habilitadas nuevamente las ventas al exterior de cortes populares como el asado, vacío, falda y matambre, tras el vencimiento del decreto que los restringía durante el mandato de Alberto Fernández.