

Temores de una inminente devaluación vinculada a un acuerdo con el FMI y la salida masiva de inversores del carry trade provocaron una reacción en cadena en los mercados financieros.
Dólar Blue y Divisas:
El dólar blue cerró la jornada en $1285, mientras que el dólar financiero osciló entre $1290 y $1300. Los indicadores de divisas, como el CCL y el MEP, registraron alzas del 3,1% y 3,3% respectivamente, elevando la brecha cambiaria a niveles del 18%.
Caída del Índice Merval:
El índice Merval retrocedió un 2,5%, concluyendo en 2.286.922 puntos. Acciones de empresas clave, como Metrogas (-5%), TGN (-4,6%), Edenor (-4,8%) y Transener (-4,45%), experimentaron significativas pérdidas. Las ADRs en Nueva York no fueron la excepción, con caídas notables en compañías como Bioceres (-8,8%), Edenor (-7,5%), TGS (-6,5%) y Galicia (-6,75%).
Riesgo País en Alza:
El indicador de riesgo país subió 34 puntos, alcanzando los 784, lo que representa un incremento del 4,5%.
El Banco Central tuvo una actuación sin precedentes, vendiendo US$ 215 millones en el mercado de cambios y reduciendo sus reservas brutas en US$ 126 millones para cerrar el día con US$ 27.206 millones. El mercado de dólar futuro registró una actividad excepcional: el segmento de contado operó con US$ 519,9 millones, mientras que el mercado de futuros alcanzó los US$ 1.642 millones, cifras tres o cuatro veces superiores a la norma.
La incertidumbre sobre las negociaciones con el FMI fue uno de los motores del desplome. Declaraciones poco claras del ministro de Economía, Luis Caputo, que omitieron detalles sobre montos y condicionalidades –especialmente en lo referente al mercado cambiario– encendieron el nerviosismo entre los inversores. Este ambiente se vio agravado por:
Rumores y expectativas:
La posibilidad de abandonar el esquema de crawling peg y adoptar un modelo de banda cambiaria, que incluiría una devaluación, hizo que los inversores ajustaran sus posiciones.
Movimientos de capitales especulativos:
La denominada "fly to quality", derivada de tensiones internacionales y la guerra comercial de Estados Unidos, impulsó el desarme del carry trade, afectando negativamente los precios de bonos y acciones locales.