

La Cámara Argentina de la Indumentaria (CAMARA) y la Federación Argentina de la Industria Indumentaria y Afines (FAIIA) advirtieron que esta medida podría provocar la destrucción de miles de puestos de trabajo y el cierre de cientos de empresas nacionales.
En un comunicado, ambas entidades pidieron al Ejecutivo que cumpla con sus promesas de reducción de impuestos, cargas sociales y costos financieros para fortalecer la industria local. De lo contrario, alertaron sobre un posible "industricidio" que afectaría gravemente a un sector que emplea a más de 539.000 trabajadores, de los cuales 290.000 corresponden a la industria propiamente dicha.
Desde la industria textil sostienen que la eliminación de aranceles favorece la competencia desleal, permitiendo la entrada de productos importados a precios irrisorios debido al dólar barato y a los menores costos laborales e impositivos en países asiáticos. Además, denuncian que la medida se implementa sin políticas compensatorias que ayuden a mitigar sus efectos sobre la producción local.
Según el comunicado, el golpe más fuerte lo sufrirán los trabajadores formales del sector, generando un doble impacto negativo: menos empleo y menor recaudación de cargas sociales. A su vez, la reducción de aranceles implica una caída en la recaudación fiscal, lo que podría agravar los problemas financieros del Estado.
El sector textil advierte que esta situación no es nueva y recuerda que en el pasado, políticas similares han resultado en desindustrialización, aumento del desempleo y primarización de la economía. Además, alertan sobre una posible escasez de dólares, ya que la apertura a importaciones masivas podría aumentar la salida de divisas.
Asimismo, señalan que la decisión vulnera el acuerdo del MERCOSUR, que establece un Arancel Externo Común del 35% para la indumentaria, y va en contramano de las tendencias globales, donde los países buscan proteger sus industrias locales ante el avance de la producción asiática.