

En promedio, la participación del productor en el precio final fue del 22,7%, lo que representa un aumento del 8,1% respecto a diciembre de 2024. La mayor participación se observó en el pollo (49,8%), mientras que la menor correspondió a la zanahoria (7,9%).
Según CAME, la zanahoria aumentó un 4,3% en góndola pero cayó un 17,9% al productor debido a una sobreoferta, baja demanda y problemas de calidad. La naranja mostró un comportamiento similar, con un aumento del 9,9% en destino y una caída del 1,2% en origen, explicado por la importación de frutas almacenadas en cámaras de frío.
La manzana y la pera también experimentaron incrementos en góndola del 6,2% y 7,5%, respectivamente. Sin embargo, mientras el precio de la manzana se mantuvo estable para el productor, el de la pera cayó un 4,5%.
Por otro lado, el zapallito disminuyó un 8,7% en origen y aumentó un 10,2% en destino debido a una mayor oferta con calidades diversas y una demanda selectiva.
El pollo y los huevos presentaron la menor brecha de precios. Mientras que el pollo registró una baja del 24,4% en góndola y del 17,8% en origen, los huevos aumentaron un 0,8% al productor y un 3% al consumidor.
La frutilla, por su parte, subió un 8,3% en origen debido a que gran parte del stock comercializado provino de cámaras de frío, y un 16,7% en destino.
Por último, la leche y el novillo registraron una brecha de 3,7 veces, aunque con comportamientos distintos. Mientras que la leche bajó un 1,5% en origen y subió un 6,9% en góndola, el novillo aumentó un 6,2% en origen y cayó un 4,9% en destino.
El informe de CAME concluye que la diferencia de precios entre origen y destino sigue siendo significativa, afectando tanto a productores como a consumidores, en un contexto de inflación y costos crecientes en la cadena de comercialización.