El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura debido a una exposición prolongada al sol o actividades en ambientes calurosos y mal ventilados. Esto provoca la pérdida de agua y sales esenciales para su funcionamiento, explica Paola Caro (MN 113.445), directora médica de Vittal.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Sed intensa y sequedad en la boca.
- Temperatura mayor a 39°C.
- Sudoración excesiva o piel seca.
- Mareos, desmayos y confusión mental.
- Dolores de cabeza, náuseas, vómitos y calambres musculares.
En bebés, puede presentarse como irritación en la piel por sudor y llanto inconsolable.
Grupos de mayor riesgo
Aunque cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, hay grupos más vulnerables:
- Bebés, especialmente si tienen fiebre o diarrea.
- Personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.
- Personas con quemaduras solares graves.
- Jóvenes que consumen alcohol o drogas.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Si se detectan síntomas:
- Bajar la temperatura corporal con hielo o un baño en agua fría.
- Ofrecer agua fresca o agua con una cucharadita de sal.
- Llevar a la persona a un lugar fresco y ventilado.
- No administrar antifebriles ni frotar con alcohol.
- Consultar de inmediato a un médico o acudir al centro de salud más cercano.
Medidas de prevención
Para evitar un golpe de calor, sigue estas recomendaciones:
- Hidratación constante: Tomar agua frecuentemente, incluso sin sentir sed.
- Usar ropa liviana, de algodón y colores claros.
- Evitar el consumo de alcohol y aumentar la ingesta de frutas y verduras frescas.
- Reducir la actividad física intensa y evitar salir en las horas más calurosas.
- Protegerse con sombrero, gorra y protector solar.
Más Noticias